A menudo, cuando estudiamos Astrología, o cualquier otra materia, necesitamos volver a conceptos básicos que tienden a olvidarse.
Precisamente por ser básicos, tendemos a darlos por supuesto, por “cosa sabida”.
Pero, precisamente por ser básicos, son ricos en significado, e inestimables a la hora de profundizar en nuestra materia, por un lado, puesto que están tan cerca de la raíz, y, por otro, para no perdernos e “irnos por las ramas” cuando queremos ampliar nuestra mirada.
Es el caso de las cruces (también llamadas “cuadruplicidades” o “cualidades”) y de los elementos, que, combinados, producen las doce modalidades de manifestación energética que llamamos signos.
Quizá estos factores no sean los más importantes a la hora de analizar una carta natal, pero nos pueden resultar muy útiles para profundizar en la estructura del mandala del zodiaco.
En otras palabras, nos ayudan a educar nuestra mirada astrológica, porque nos permiten comprender el mundo como un entramado de ciclos.
¿Qué son las cruces?
Hace poco, José Ignacio nos hablaba de la importancia del ciclo más básico del zodiaco: el que alterna los signos masculinos y femeninos, en una sucesión infinita de expansión y contracción, de “disolución y coagulación”, como decían los alquimistas.
Puedes percibir estas fluctuaciones dentro de ti, en tu respiración o en los latidos del corazón, e incluso fuera, en procesos sociales o económicos (¿te suena la palabra crisis?).
Las cruces también nos muestran una serie cíclica, esta vez de tres momentos en lugar de dos, y hablamos de signos cardinales, fijos o mutables.
Todo lo que conocemos, concreto o abstracto, tiene un principio, una etapa de madurez, y un momento final de transformación/muerte que, a su vez, propicia un nuevo comienzo.
Lo vemos claramente en las estaciones del año: los signos cardinales (Aries, Cáncer, Libra y Capricornio) se corresponden con el comienzo de la estación; los fijos (Tauro, Leo, Escorpio y Acuario) coinciden con la plenitud de la estación, su período más estable; y los signos mutables (Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis) son los que preparan el fin de una estación y el comienzo de la siguiente.
En la etapa cardinal, mi motor es el deseo. El deseo me pone en marcha, y provoco cambios en el mundo para lograr mi objetivo.
En la etapa fija, lo que me motiva es la conservación de lo que he conseguido. No me interesa lo nuevo, sino sacar el máximo provecho de lo que tengo y sé (recursos materiales y de cualquier tipo), porque eso me aporta seguridad.
Finalmente, en la etapa mutable amplío mi visión. Intento corregir lo que no funciona, y exploro nuevas vías que podrían ampliar o mejorar mis recursos.
En esta etapa me adapto a las personas y a las circunstancias, aprendo cosas nuevas y planto las semillas que se convertirán, en la siguiente fase, en nuevos comienzos.
Entonces, ¿las cruces no me dicen nada de la persona?
Teniendo en cuenta lo que acabo de comentar, debo decir que sí.
Aunque haya rasgos más importantes en la carta natal, un astrólogo principiante puede hacer un análisis básico de la motivación profunda de una persona mirando cómo están distribuidos los planetas en las cruces.
Si predomina la cruz cardinal, por ejemplo, la persona estará muy motivada a iniciar proyectos nuevos y excitantes, a mandar, a que su acción sea visible en el mundo.
Aquí hay una gran afinidad con el signo de Aries, signo cardinal por excelencia, al ser de fuego. De modo que la persona puede ser muy dinámica y emprendedora sin tener planetas en Aries, o incluso en signos de fuego.
Quizá no tenga la vitalidad o agresividad del ariano “típico”, pero la motivación de ir a por lo que quiere estará ahí de todas formas.
En caso de que la cruz destacada sea la fija, la persona se moverá de manera cautelosa, sin correr riesgos, aplicando una y otra vez lo que ya sabe que funciona, y huirá de los cambios. La cruz fija se asocia con el signo de Tauro (signo fijo de tierra).
Por último, la cruz mutable se asocia con el signo de Géminis (el más inquieto: mutable de aire).
Cuando prevalece, esta cruz produce seres curiosos, sociables, siempre abiertos a novedades, críticos.
Quizá no sean capaces de crear algo nuevo, pero tendrán ideas para mejorar lo que ya existe.
Por supuesto, al analizar una carta natal, debemos tener en cuenta qué planetas están en qué signos, qué aspectos forman, etc. Hay que conocer toda la carta.
Tampoco hay que olvidar que las energías siempre vienen “mezcladas” en cada individuo, por lo tanto el análisis de las cruces nos dará resultados más claros en los casos en que el exceso o ausencia de una de las cruces sea muy marcado.
¿Cómo saber cuánto de cardinal, fijo y mutable tengo?
Puedes hacer tu balance de cruces, y contar los planetas que hay en los signos cardinales, fijos y mutables.
Esto te puede dar una idea general de tu motivación principal.
Si entras en Carta Natal gratis e introduces tus datos tienes ya este trabajo hecho.
Fíjate sobre todo en cuál es tu cruz predominante.