Cuando uno descubre el Tarot Terapéutico se asoma a una ventana sorpresa.
«¿Qué me voy a encontrar?»
Por muchas cosas que te pueda decir y contar, mis palabras se aproximarán sólo un poco a esa vivencia que te espera.
El Tarot Terapéutico se le muestra a cada uno de forma totalmente personalizada.
Es como si el Tarot te conociese. Es fantástico.
Esta experiencia está alcance de todos, está a tu alcance.
Sólo es cuestión de decir «Sí, quiero».
Sin embargo, el Tarot aún asusta a algunas personas. ¿Por qué?
No lo conocen. ¿Algo bello puede asustar? ¿Verse a sí mismo a través de imágenes llenas de figuras y colores puede asustar? Bueno, quizá sí, pero entonces no estás en Ser Más Yo 🙂
Tienes ante ti una herramienta fantástica de Autoconocimiento y Desarrollo Personal: el Tarot Terapéutico. ¿Por qué no te asomas a esta ventana?
Es un placer ver cómo los alumnos de la Escuela Sermasyo en Madrid miran por esa ventana y ven más y más cada semana.
Hoy quiero mostrarte el trabajo de Almudena. Verás como con sólo una carta, con sólo un Arcano que la representa en la Tirada del Autoconocimiento Sermasyo, descubre y toma conciencia de tantas cosas de sí misma.
El Tarot Terapéutico y Transpersonal lo puedes aprender, está a tu alcance, y además de ser muy divertido (esto ya por sí mismo es terapéutico) te muestra la vida, tu vida, y te brinda el ser, finalmente, más feliz.
La Rueda de La Fortuna en la vida de Almudena
«Identifico La Rueda de La Fortuna con mi padre, persona vital, dinámica, que luchaba a favor de la vida, siempre intentando ser honesto y auténtico, aunque con altibajos en su equilibrio natural. Vehemente, activo, que involucraba a todo su entorno con lo que creía lo mejor para todos.
Dependiente de tener un ambiente siempre positivo, necesitaba de la gente, del contacto, de la afectividad, de vivir la vida siempre en compañía de los suyos, y a la vez, con épocas de melancolía y cierta frustración social, de los aspectos que no le gustaban del ser humano, a veces intolerante con las injusticias sociales, y políticas ya que se sentía ciudadano del mundo y responsable de todos los acontecimientos negativos del planeta.
Era una persona especial y única sobre todo en la época que le tocó vivir.
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Yo me siento identificada con él en muchos aspectos, soy muy vital, siempre en movimiento, viajo por trabajo, viajo por placer, viajo en mis sueños, viajo con mis pensamientos e ilusiones.
Esta carta me transmite, ese movimiento del que hablo, y ciertamente mi vida cíclicamente cambia en aspectos importantes que tengo como asumidos desde niña.
Internamente esta carta también está en movimiento, no sólo de los acontecimientos externos, sino de los internos, y de ahí, una cierta lucha por mantener equilibrio… es mi prioridad, sentir, pensar y actuar con equilibrio. Esto me lleva a ser muy exigente conmigo misma, incluso poco objetiva y a veces poco justa conmigo.
He luchado por desterrar muchos aspectos impuestos en mi infancia, que he ido superando a base de conocimiento personal, y que siempre aparecen nuevos aspectos por superar.
La Rueda de La Fortuna me transmite el fluir de la vida, el no luchar contra corriente, sino con la corriente, buscando el mejor camino, dando a la manivela por mi misma, aunque a veces, me cuesta seguir girando y me resisto a ciertos cambios difíciles de asumir y aceptar por los roles heredados en la educación recibida, sintiendo muchas veces un sentimiento de culpa, por ser yo misma.
Es difícil llevar a cabo «lo que tengo que hacer», cuando me siento responsable del equilibrio de una familia, y tomar el control de mi vida, me supone ejercer cambios tan profundos que afectan a los demás ….es la lucha de la vida.
Soy consciente que cuando consigo ese equilibrio del que empecé hablando, más fácil es continuar.
A veces me siento vulnerable del entorno, en casa, en el trabajo, …y se que mi rueda me invita al cambio……un cambio evitable e inevitable, todo depende de la resistencia que ejerza sobre ello, con el consiguiente sufrimiento, otras veces lo siento posible, ….pero la rueda sigue girando y yo con ella.
Unas veces arriba, y otras abajo, como los animales de la rueda, que creo representan los estados de conciencia, a veces impulsivos, a veces reflexivos, a veces del destino, otras meditadas, otras valientes, o cobardes y locas como el mono…..como un sendero sin fin que tengo que recorrer irremediablemente.
Actitudes que adopto de modo femenino y otras con más fuerza masculina, arrastrando las experiencias como un equipaje tan sabio como pesado….y de repente la vida me sorprende y me saca del círculo……dando pie a equivocarme y volver a empezar, toda acción tiene su efecto.:…y aún así, me siento una persona afortunada, la vida me ha sonreído y me sonríe a pesar de las pérdidas, del sufrimiento o la inquietud.»
Espléndido, Almudena, ¡gracias!